Muchos grandes proyectos culturales han sido diseñados y ejecutados por grupos sin ninguna experiencia o formación en Gestión Cultural. Personas inquietas, expeditivas, con un propósito en común, y dispuestas a concretarlo.
Es el caso de la Milonga Callejera, de Montevideo, un espacio para bailar tango al aire libre, ubicado en un sector de la Plaza Liber Seregni, el cual ha sido gestionado y construido en su totalidad por un grupo de milongueros fanáticos.
El proyecto comenzó con la necesidad de encontrarse y bailar al aire libre durante los meses de calor. Se realizó una convocatoria a la sociedad tanguera para que todos pudieran ser parte del proyecto. Se solicitaron todos los permisos, se realizaron todos los tramites, se cumplieron todos los plazos. Finalmente, tras varios meses de gestiones y dolores de cabeza, el proyecto fue aprobado.
Era necesaria la adecuación del pavimento de un sector de la plaza, para poder bailar sobre él. Se decidió que lo más adecuado era realizar una capa de arena y Portland lustrado. Con la ayuda de unos cuantos voluntarios la pista fue construida, y en pocos días la Milonga Callejera comenzó a funcionar.
Poco a poco, la gente fue arrimándose. Personas de todo tipo se amontonaban en la pista para bailar cada miércoles. La Callejera se fue convirtiendo en el espacio por excelencia en nuestra ciudad para animarse a tirar los primeros pasos de tango.
Cada tanto fue necesario invertir en infraestructura. Los mecanismos de financiamiento también fueron colectivos: se realizaron colectas y eventos de recaudación en los cuales cada persona donaba lo que podía para la causa común. Todos los estados de cuenta y planillas de gastos se publicaban periódicamente en la página de Facebook.
Ya han pasado cinco años desde el inicio de las actividades de la Milonga Callejera.
Ahí está, funcionando cada miércoles. Para los que vamos asiduamente a bailar allí, notamos algunos problemas: el piso quedo con su pendiente original para evacuar el agua de las lluvias, con lo cual no está nivelado. Y la pista está quedando chica, muy chica.
El pasado 30 de octubre se votó en Montevideo el Presupuesto Participativo, una instancia en la cual los ciudadanos tuvimos la oportunidad de presentar y elegir diferentes propuestas de obras y servicios sociales de interés vecinal, para ser ejecutados con fondos municipales.
La Callejera presentó un proyecto mediante el cual se proponía la ampliación y nivelación de su pista de baile. Se realizó una fuerte campaña de difusión entre todo el publico milonguero de Uruguay, y se recaudaron un poco más de 500 votos para la propuesta. Fue la primera vez que 500 milongueros de distintas partes del Uruguay se juntaron un mismo día por una causa común.
Lamentablemente, pese a solicitar la mitad de los fondos máximos a otorgar, el proyecto perdió, por no llegar a la cantidad de votos suficientes.
Los milongueros no dejamos de hacernos algunas preguntas.
¿No debería nuestra propia Intendencia, con sus propios fondos para infraestructura urbana, hacerse cargo de la financiación de proyectos como la limpieza del lago del Parque Rodó o la instalación de ciclovías?
¿No debería el Presupuesto Participativo tener una consideración espacial para proyectos independientes y autogestionados, los cuales no cuentan con fondos propios?
La Callejera funciona todos los miércoles entre los meses de octubre a marzo, entre las 20 y las 0 hs. Comienza siempre con una hora de clase de tango gratuita con docentes que se van rotando, los cuales realizan su trabajo de forma completamente honoraria. La pista siempre está llena, un promedio de 300 personas van allí cada semana.
Acercate.