SOBRE EL PROBLEMA DE TENER “UN MÉTODO”

Establecer un método para dar clases de tango me resulta muy dudoso.

¿Cómo puedo establecer un método de enseñanza específico, cuando todas las personas que vienen a aprender tango son completamente distintas, y buscan cosas completamente diferentes?

La palabra “Método” significa “modo ordenado y sistemático de proceder para llegar a un resultado o fin determinado”. ¿Se puede acaso proceder de forma “sistemática” en la enseñanza de tango cuando cada individuo necesita formas de comunicación distintas? ¿Se puede hablar de llegar a “un fin determinado” cuando hablamos de una danza popular universal de enorme variedad y en permanente cambio?

No creo que sea realista -o efectivo- hablar de “un método”. He comprobado que cada estudiante necesita un método diseñado para él. Una forma de comunicación distinta, específica. Un mensaje diferenciado, adaptado a sus búsquedas. Ejercicios diferenciados que se adapten a sus condiciones y habilidades. Tiempos diferenciados para cada etapa de aprendizaje, que se adapten a él.

Por eso me resulta básicamente absurdo hablar de un “método”.

Prefiero hablar de áreas de conocimiento, o “capas” de conocimiento en la enseñanza del tango, que son universales y que implicarán distintas formas de organizarlas y profundizarlas, dependiendo de las características de cada persona. Paso ahora a desarrollar mi forma de aproximación a estas áreas del saber, estas capas de conocimiento en la enseñanza de la danza del tango.

TÉCNICAS

Las técnicas refieren a la mecánica de funcionamiento del baile, tanto individual como en pareja.

El manejo de las técnicas del baile es ineludible y estructural: cómo organizar y utilizar cada parte de mi cuerpo de forma adecuada, consciente, deliberada, en control, en equilibrio, estilizada, y con economía de esfuerzos, para cada movimiento.

La técnica también involucra las mecánicas de funcionamiento del baile en pareja (en el tango llamado a veces “conexión”), las cuales ocurren a través del abrazo. La obtención de un buen abrazo en la pareja implica un trabajo técnico conjunto: la búsqueda de la estabilidad, de la funcionalidad, de la comodidad, la observacion y la consciencia física propia y del otro, las formas de utilización del tono, de las fuerzas de acción y reacción, de tire y empuje. El abrazo, más allá de ser un vehículo indiscutible de expresión emocional innato en el ser humano, en el proceso de aprendizaje del tango implica un gran trabajo técnico en pareja.

Como en cualquier buen edificio, es fundamental trabajar en una buena cimentación. El dominio de las técnicas del tango, que se logra con un trabajo sostenido y profundo, es una condición necesaria (aunque no suficiente) para luego poder ser un creador libre, para poder romper las reglas, y en última instancia, para construir un baile de excelencia.

MUSICALIDAD(ES)

La danza -del tango, al menos- es un arte que se alimenta necesariamente de otro arte: la música. Sin música no hay danza, al menos en el tango.

Muchas veces confundimos el acto de bailar en música como un acto de “pisar a tiempo”: existen una serie de pulsos musicales en los cuales debo hacer coincidir y encastrar los pasos y las figuras que hago, de forma que queden “a tiempo”, y ya está. La musicalidad no es eso. El trabajo con la música, a diferencia de las técnicas, no es tan lineal, tan absoluto, tan científico. Es algo mucho más complejo, subjetivo.

Un trabajo serio con la música, por un lado implica un trabajo de observación y reconocimiento: de las estructuras musicales, de los diferentes instrumentos, de sus interacciones de las diferentes capas de música dentro de cada pieza. Y por otro lado, en paralelo, implica un trabajo de honestidad, de expresión auténtica de sonidos y silencios, de encuentro con las emociones, de creatividad y comunicación en pareja, de percepción global de la esencia del momento musical que vivimos y cómo lo manifestamos.

En última instancia, la musicalidad es personal y no podemos enseñarle a nadie honesto cómo expresar su música. Pero es importante estudiar sus estructuras, sus complejidades, y entender sus reglas, para luego romperlas deliberadamente, y obtener así una expresión auténtica y original.

ESTRUCTURAS COREOGRÁFICAS

Todos los pasos en el tango son infinitas combinaciones de unos pocos movimientos básicos, mayormente pasos individuales, cambios de peso y pivots. Es importante aprender a dominar y entender separadamente cada uno de esos elementos, para poder luego combinarlos y crear infinitas secuencias y llegar a un movimiento improvisado único.

El tango es comunicación entre dos personas. No es repetición sistematizada de pasos, figuras y secuencias coreográficas. Aprender tango es como aprender un lenguaje: necesitamos aprender un código de comunicación, algunas reglas gramaticales, un vocabulario, necesitamos aprender a escuchar y responder, para poder tener una conversación. La enseñanza del tango basada en figuras pre diseñadas, es como aprender un lenguaje basado en frases hechas: nunca vamos a poder comunicarnos.

Adicionalmente, el tango en su entorno social implica un trabajo de coexistencia con otras parejas en la pista de baile. Es por eso de gran importancia trabajar desde el primer día estas estructuras coreográficas tanto en el espacio estático, en espacios amplios y reducidos, como también en movimientos dinámicos y circulatorios; con el fin de utilizar el espacio de forma consciente y creativa.

ESTILOS

La definición de estilos específicos en la danza del tango, es una discusión completamente obsoleta.

La realidad es otra: existen tantos estilos como bailarines auténticos. La repetición sistematizada de un estilo, o el aprendizaje dentro de un estilo, implica un trabajo de estereotipación del baile.

La palabra “estilo” refiere justamente a la diferenciación, al cómo lo hago de forma única: cómo combino mis técnicas con mis musicalidades, con mis estructuras coreográficas en un modo auténtico, creativo, personal. El docente lo único que puede hacer es guiar al estudiante, orientarlo en su búsqueda, estimularlo, pero siempre alejándolo de la copia sistematizada de un modelo.

Por otro lado, el tango tiene una esencia que lo hace tango. Si… tal vez. Pero esto es personal y debe formularse como una pregunta: ¿cuál es la esencia del tango? Y es una pregunta que no puede ser respondida directamente. Simplemente puede plantearse, discutirse, invitar a la reflexion, dejar que la pregunta misma cobre movimiento y vida propia y nos guíe en nuestra búsqueda.

El trabajo del docente debe plantear esta pregunta sobre la esencia del tango, debe darle un lugar de importancia desde el día uno, pero de ninguna manera debe responderla, definirla pues esto condicionaría y limitaría la búsqueda del estudiante.

Una reflexión final.

Técnicas, conexión, musicalidad, abrazo, coreografía, circulación, consciencia corporal, estilo personal, comunicación, improvisación, creatividad, son todas piezas esenciales de un sistema complejo que requiere formas de aproximación diferenciadas para cada persona.

Creo, para concluir, que un buen docente de tango debe tener tres cosas: por un lado, un solido conocimiento de todas éstas áreas del saber y sus complejas interconexiones. Por otro lado, la capacidad de saber interpretar al estudiante y poder comunicarse con él de forma diferenciada y especifica para esa persona. Finalmente: la inteligencia para entender que el tango es una danza viva, universal y popular, que cambia constantemente, y por eso es necesario seguir aprendiendo sostenidamente, y observando a las nuevas generaciones que son, ineludiblemente, las que hoy lideran el baile.