CORRIENTES Y MARIO BRAVO
En esta esquina se siente particularmente el pasaje del tren por abajo de la tierra. Vibra el piso y la silla y la mesa, y hasta el cafecito dibuja sus ondas circulares concéntricas en cada oportunidad como en la escena del T-Rex de Jurassic Park.
Puedo ver un pedazo de cielo muy azul desde donde estoy. El sol me entibia la espalda a través del ventanal del bar, y me recuerda que el otoño en la ciudad no es tan frío.
Le doy el primer sorbo al café y me pongo a trabajar.
Dos minutos para el próximo tren.